lunes, 8 de enero de 2018

La teoría de la belleza

Después de tantos años en este trabajo, lo que más me sigue alucinando es la capacidad que tienen los chicos de sorprenderme. No sé si es que todavía soy más inocente que un zapato, que alguno de ellos está un poco destarifado, o es que simplemente son espontáneos, tienen una ocurrencia y la lanzan sin encomendarse a Dios ni al Diablo.

La verdad es que nunca me ha pasado por la cabeza recoger las barbaridades, curiosidades y tonterías que me he encontrado en trabajos y exámenes. Pero ante ésta, la tentación es demasiado fuerte. Y como no me ha pasado a mí ni tampoco en mi Instituto, he tenido que pedir que, por favor, me dejen publicar la cosa para general regocijo del personal.

Para centrar el tema, pongámonos en situación: prueba escrita de 2º de ESO (unos 13 años) y pregunta sobre el concepto de materia. 

Transcribo el guasap del 14 de diciembre pasado, enviado nada más corregir la prueba:

Una:









Me parto.

Otro:
Geniiiiial.
Adorable.
Entrañable.
Amoroso.

Yo:
Un alumno (supongo) muy inteligente!!!! Le habrás puesto un 10 sobre 5, que se lo ha ganado.

¡Para que luego hablen de la incultura de la juventud! ¡Porque más becqueriano no se puede ser! Eso sí, me encanta, y cada vez que me viene a la mente yo también me parto de risa.