jueves, 19 de agosto de 2021

El Pórtico de la Gloria

El Pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago de Compostela marca el final de la ruta jacobea y es uno de los monumentos más visitados de España.

El caso es que desde crío he sentido una especial atracción por los recintos eclesiásticos, sobre todo los de estilo visigótico, prerrománico y románico. Aunque de creyente tengo poco, la serenidad de esos recintos, con decoración  escasa y poca luz, me invita a estar sentado sin pensar en nada, mirando o con la mirada perdida. Mucho mejor que un sicólogo. Más de una vuelta he dado por España para ver San Juan de Baños (Palencia), San Miguel de Escalada (León), San Salvador de Valdediós y Santa María del Naranco (Asturias), por no hablar del patrimonio que hay cerca de Jaca: Santa María de Iguacel, San Pedro de Lárrede, San Bartolomé de Gavín o San Adrián de Sasabe, entre otras muchas iglesias.

Pero el caso del Pórtico de la Gloria es especial. Tallado por el maestro Mateo a finales del siglo XII (finalizado en 1188), estuvo al descubierto durante más de 300 años hasta que se construyó la portada de la catedral que lo oculta y protege. Así que a principios de este siglo la policromía de las figuras solamente se intuía debajo de una capa de suciedad que anulaba su esplendor original. Se hicieron dos repintados posteriores, en los siglos XVI y XVII, y el aspecto general de cada caso era diferente: tonos azulados en el primer pintado, dorados en el segundo y aún más dorados en el último. Las imágenes siguientes son geniales para imaginar cómo se veía recién pintado.



Desde 2006 hasta 2018 la Fundación Barrié de La Coruña ha invertido más de seis millones de euros en la restauración del pórtico, un proceso en el que la química ha tenido mucho que decir. El proceso es enormemente complejo, ya que se trata de limpiar y consolidar, nunca de reconstruir y repintar. El uso de productos que no dañen los materiales se apoya en técnicas físicas muy específicas, tales como la colorimetría, etc. Y hay que identificar qué sustancias se han utilizado como colorantes para saber cómo hay que tratarlas para su limpieza y consolidación. El proyecto ha recibido el Premio Europa Nostra de Patrimonio en 2019.

Aquí va un  conjunto de imágenes que están en la web para que os hagáis del proceso: una vista de una cara a medio restaurar, dos vistas del proceso de limpieza, tres vistas del antes y después de varias tallas, y cuatro imágenes del resultado que puede contemplarse en la catedral desde 2018.











Hace muy poco se ha presentado el libro editado por la Fundación Barrié en ediciones de lujo (casi 200 euros) y también de tapa blanda, que me he regalado por 30 euros puesto en casa. Mas de 200 páginas, muchas imágenes estupendas y un texto explicativo suficiente. Se trata de una edición muy cuidada de solamente 2500 ejemplares.

En la página 169 se dice con letras de gran tamaño que "El respeto absoluto al original ha sido uno de los principios reguladores de la intervención, en la que se han mantenido todos los restos de color conservados desde la creación del Pórtico de la gloria en el s. XII, sin aportar añadidos ni retoques."

Pero ha habido que limpiar la suciedad acumulada durante siglos sin alterar la pintura, que se ha perdido en algunas zonas debido a factores meteorológicos o químicos. El oro y el lapislázuli (extraído de minas de Afganistán) o la azurita de los ropajes, el plomo usado en la mezcla para el color de la carne, etc, han desaparecido en algunas zonas, pero se han recuperado en gran parte, dando vida al conjunto del Pórtico, como se aprecia en las imágenes anteriores y con mucho más detalle en el libro.


"La Fundación Barrié ha puesto el broche de oro al Proyecto de Conservación Preventiva y Restauración del Pórtico de la Gloria (2006-2018), con la publicación de 'Pórtico de la Gloria. Una restauración'. En 220 páginas y 150 fotografías, el libro repasa los doce años y las más de 50.000 horas de trabajo para recuperar el esplendor de esta obra magna del siglo XII. Las fotografías elegidas, muchas de ellas inéditas, son testigo del dramático estado en el que se encontraba la obra antes del inicio del proyecto; de los trabajos de intervención realizados y sus avances para, finalmente, presentar el magnífico resultado final. Una serie de imágenes del “antes” y “después” en páginas enfrentadas permiten apreciar la belleza de las esculturas esculpidas en piedra con sus abundantes motivos decorativos y policromía conservada.

La publicación coincide con la celebración del Año Santo 2021 como homenaje, en el centenario de su nacimiento a Carmen Arias, quien consagró su vida a defender el legado de su marido, el fundador de la Fundación, Pedro Barrié. Para la edición del volumen, la Fundación ha contado con la editorial Assouline, reconocida a nivel internacional por la elegancia y extraordinaria calidad de sus publicaciones."

Después de ver esto, en mi próxima reencarnación creo que me dedicaré a la restauración de arte en lugar de a la enseñanza. ¡Y tened presente que es un regalo espléndido! (No tengo comisión, ojito).