Después de 45 años todavía recuerdo con auténtico horror aquellos formulones enormes de sustancias con un nombre IUPAC indescifrable pero que tenían un nombre vulgar muy sencillo. Sobre todo porque me operaron de una hernia discal bastante complicadilla justo cuando estaba liado con la Orgánica de 3º, y me dieron una anestesia que me duró un par de días en los que estuve absolutamente colocado viendo moléculas enormes y complicadísimas flotando por la habitación.
Como ejemplo, una sustancia tan conocida como la vitamina B12.