lunes, 4 de abril de 2022

Una sal muy sosa

El sodio se ha convertido en el enemigo público número de los hipertensos (entre los que me encuentro). Hay que mantener una dieta baja en sodio para que la tensión arterial esté controlada, así que no queda más remedio que irse acostumbrando a la comida sosa.

Una alternativa es sustituir el cloruro de sodio, es decir, la sal común, por cloruro de potasio, que también da sabor salado aunque es más caro. El problema es el etiquetado del producto comercial, que por destacar que es sal que disminuye el efecto nocivo en la tensión arterial dicen que es SAL LIGERA (¿¿¿???) con un 60% MENOS DE SAL (¿de qué sal? ¿o entonces sólo contiene un 40% de producto?): 😁😁😁.

El problema viene siempre del mismo sitio: una terminología incorrecta al identificar cloruro de sodio con sal, aunque solamente es una de las muchas sales que existen. No hay más que destacar que contiene un 60% menos de sodio, ya que en la composición ya se indicará el contenido en las dos sales, cloruro de sodio y cloruro de potasio.

Por cierto, lo de sal ligera junto a la silueta de una señorita casi flotando con elegancia suma es una estupidez esférica, porque seguro que alguien piensa que además hace adelgazar, y de eso nada de nada.

¿Agua deshidratada?

¡La cantidad de tonterías que se puede ver en la red parece no tener límite! Estos artículos se venden en Amazon, y no merece la pena investigar lo que son y cómo funcionan, pero hay que echarse unas risas leyendo las etiquetas.