Esta es una de las tonterías experimentales más sencillas y llamativas que podemos hacer en el aula: para que no se caiga el borrador, o lo sujetamos desde abajo, compensando la fuerza gravitatoria que actúa sobre él, o lo comprimimos contra la pizarra, de forma que la fuerza de rozamiento sea la que equilibre el peso del borrador. A los chicos les resulta sorprendente que no caiga cuando lo que están haciendo es empujarlo en una dirección perpendicular a la de su posible movimiento.
Y conviene empujar cada vez menos hasta que el borrador caiga para que quede bien claro cuál es la fuerza normal de la que depende el rozamiento.
Se puede utilizar en 4º de ESO, pero cuando tiene más sentido es en 1º de Bachillerato, porque al trabajar con planos horizontales, inclinados y verticales se puede ver la variación de la fuerza normal entre todos esos casos.