Casi es como el título de la famosa película de 1952 "Cantando bajo la lluvia", en la que Gene Kelly se marcaba una canción y baile debajo de casi una catarata de agua. Puro cine de Broadway. Tenía buena voz, bailaba muy bien y era un tipo simpático.
El caso es que cuando nos duchamos a muchos nos da por cantar, sobre todo si es una ducha de esas de alcachofa fija que dejan caer una especie de lluvia. Y como nos parece que no lo hacemos mal del todo, nos animamos a grito pelado y solemos pasarnos siete pueblos.
Parece ser que al estar en el habitáculo de la ducha las paredes hacen de caja de resonancia y la percepción que tenemos es que la voz suena mucho mejor que si estuviéramos cantando en otra estancia de la casa. Esa caja de resonancia en que se convierten las paredes de la ducha aumenta la intensidad del sonido y ese es el motivo por el que parece que tenemos una voz mucho más potente.
Además, la reverberación hace que la voz se mantenga más tiempo en el aire tras cantar cada nota. Puesto que es en las notas graves donde menos erramos los cantantes "amateur", la melodía suena casi tan bien como lo haría en un estudio de grabación.
En este vídeo, "el listo que todo lo sabe" nos explica el asunto. Atentos al individuo que canta y se graba el sonido dentro y fuera de la ducha. ¡La dferencia es abismal!