¡Los límites de la imaginación y la creatividad simplemente no existen! Solamente hay que ver lo que me encontré en el escaparate de una tienda de Zaragoza (Esenzia, esquina de Mayor con San Vicente de Paúl): pendientes, broches y colgantes de la tabla periódica, moléculas como la serotonina y la dopamina, matraces y erlenmeyers.
Eso sí, destacar que se colocaron en los escaparates con motivo de el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que como cae cerca de San Valentín da para tocar la química del amor.
La artesana que los hace no tiene tienda física, y los vende a través de tiendas y en ferias y mercados de artesanía, pero se puede contactar con ella en Miszarrios.
¡Ah! He comprado alguno para regalar, que son francamente chulos.