Hay que ir con la verdad por delante: cuando se estrenó la película "El marciano" en 2017, no la ví. Hace unos meses la pasaron en televisión y le dí un vistazo zapeando sin prestarle mayor atención. Pero cuando hace poco mi hijo me regaló el Kindle, me recomendó que leyese la novela del mismo título, que es la primera de Andy Weir, publicada en 2014. Ridley Scott dirigió en 2015 la película basada en esa novela (sí, ese, el de Alien, Blade Runner, Gladiator, ...). Director y protagonista, Matt Damon, de lo bueno lo mejor.

Eso sí, no sé quién ha sido el culpable del monumental error de siempre; vamos a ser bienpensados, y echémosle la culpa al traductor. Porque en la novela la potencia y la energía se miden toooooooooodo el tiempo en kW/hora (o kCal/h), unidades que no significan NADA DE NADA (la potencia se mide en kW y la energía en kW.h).
Ahí van fotos de dos páginas para que te lo creas.
Y como la tecnología todo lo puede, me he descargado la peli y la he visto en pantalla de 43 pulgadas. Está muy entretenida y con una fotografía estupenda, pero me quedo con el libro; debe ser que soy muy antiguo, porque cuando leo me meto en el lío y tengo que darle a la imaginación para "ver" lo que está pasando: casi soy yo el tipo ese que está ahí en Marte pasándolas canutas y estrujándose el cerebro a base de bien. La verdad es que así me lo paso mucho mejor: el cine está muy bien, pero es difícil que supere a un buen libro.
Y como la tecnología todo lo puede, me he descargado la peli y la he visto en pantalla de 43 pulgadas. Está muy entretenida y con una fotografía estupenda, pero me quedo con el libro; debe ser que soy muy antiguo, porque cuando leo me meto en el lío y tengo que darle a la imaginación para "ver" lo que está pasando: casi soy yo el tipo ese que está ahí en Marte pasándolas canutas y estrujándose el cerebro a base de bien. La verdad es que así me lo paso mucho mejor: el cine está muy bien, pero es difícil que supere a un buen libro.