viernes, 24 de junio de 2022

Escuela de calor (enfriando bebidas en plena ola de calor)

Este es un tópico recurrente todos los veranos: cómo enfriar rápidamente una cervecita porque se nos han acabado las que teníamos en el frigorífico. El caso es que se dan muchas alternativas, más o menos eficaces, pero parece que la mayoría de los que las proponen no ha ido a la Escuela de calor (como diría Radio Futura, en uno de los mejores temas del pop español: hace falta valor, hace falta valor -¡¡¡para dar las explicaciones que dan!!!-, ven a la escuela de calor).

Lo mejor es ser previsor y tener un buen surtido de latas y botellines convenientemente fríos. Pero si aun así se nos acaban, hay soluciones más o menos rápidas. Lo más inmediato es colocar los recipientes en el congelador, que podemos tener a -15 ºC, pero cuesta un buen rato que se pongan a una temperatura aceptablemente baja, además de que si nos olvidamos pueden llegar a reventar al congelarse el líquido. 

En las barras de los bares al aire libre, se meten en un cubo lleno de agua y hielo, con lo que el líquido está a 0 ºC (nada que ver con la temperatura de un congelador, aunque mejor que la del frigorífico, que suele estar a 4ºC, además de que no consume energía eléctrica y se puede colocar en cualquier sitio).

El truco del almendruco, muy conocido, es hacer precisamente esto último, pero añadiendo también sal común (recipiente, agua, hielo y sal). La temperatura puede bajar a -10 ºC, con lo que en pocos minutos se puede tomar la bebida bien fresquita.

El problema es que los artículos que lo explican en la prensa lo hacen rematadamente mal.  Y para muestra, un botón (ojo, hay muchos, tan malos o peores que éste): un artículo publicado el pasado 6 de junio en La Razón digital, en el que el autor NO TIENE RAZÓN, se ponga como se ponga.

Resulta que hay unos cuantos errores de concepto enormes. Copio literalmente el artículo, marcando en rojo lo que más "canta":

Cómo enfriar bebidas en tres minutos sin usar el congelador

Este sencillo truco, que solo requiere cuatro elementos comunes en cualquier hogar, te permite disfrutar rápidamente de una bebida fría gracias a los procesos químicos que se desencadenan entre ellos.


Con temperaturas por encima de los 40 grados, como viene ocurriendo esta semana, bebemos más y con más ganas, pero no siempre tenemos a mano una bebida fría disponible o tan fría como nos gustaría. En un caso así, lo normal es meterlas al congelador… y esperar. Una lata de cerveza o de un refresco, por ejemplo, tarda aproximadamente una hora en enfriarse en el congelador y hasta tres horas en ponerse bien fresquita en la nevera, aunque dependerá de las temperaturas seleccionadas en cada aparato. En cualquier caso, una espera que se puede hacer eterna cuando el calor y la sed aprietan en plena ola de calor.

Para resolver ese tipo de situaciones existe un truco, bien integrado en la cultura popular, que requiere de solo cuatro elementos disponibles en todos los hogares y sirve para enfriar una bebida en tan poco tiempo como tres minutos. Lo que se necesita es un recipiente que puede ser un cubo o un bol, hielo, agua, sal y la bebida, por supuesto.

La combinación del hielo y el agua con la sal produce dos fenómenos conocidos como reacción endotérmica y descenso crioscópico que consiguen, por un lado, absorber el calor de la bebida rápidamente y, por otro, enfriar más el agua.

Una reacción endotérmica es un tipo de reacción química en la que se consume energía en forma de calor y es lo que hace la sal al absorber el calor de las latas o botellas de bebida mientras se disuelve en el agua. Por eso es más efectivo que el simple uso de hielo, que es lo primero que viene a la mente cuando se quiere enfriar algo sin hacer uso de la nevera o el congelador.

El descenso crioscópico es consecuencia de la interacción entre el agua y la sal. Se trata de otro fenómeno químico por el que la sal disminuye el punto de congelación del agua, de forma que esta alcanza una temperatura inferior a cero grados pero sin congelarse. Según indica el doctor en Ciencia y Tecnología de Alimentos Miguel A. Lurueña en el siguiente, tuit, el agua puede alcanzar hasta menos quince grados, con lo que el frío se transmite más y durante más tiempo que si no se usa sal.


Menudo lío lleva el autor del artículo. O es que no estuvo en las clases de Física cuando se trabajaban los conceptos de calor y temperatura, pero se empeña en explicar lo que no sabe:

- los procesos que suceden son físicos, no son reacciones químicas: si después de disolver la sal común se evapora el agua, se vuelve a recuperar la sal, ya que hay los mismos iones en la disolución y en los cristales de sal, por lo que la disolución de sal en agua es un proceso endotérmico, no una reacción endotérmica.

- no se absorbe calor de la bebida, sino que se extrae energía térmica de la bebida: el calor no se contiene en los cuerpos, sino que es una forma de transferir energía térmica de unos a otros.

- la sal no absorbe nada: lo hace la disolución de sal en agua.

- el descenso crioscópico tampoco es un fenómeno químico.

- eso de que el frío se transmite más y durante más tiempo que cuando no hay sal es una soberana burrada: como la disolución está más fría que el agua al disolver la sal, la diferencia de temperaturas es mayor, lo que acelera el proceso de enfriamiento de las latas, pero eso no significa que el frío se transmita.

- y seguro que me dejo algo, pero casi me da apuro criticar todavía más.

Y datos concretos experimentales: Mikel López Iturriaga (El Comidista) hace la prueba con tres latas y varios tiempos de enfriamiento. ¡La conclusión es definitiva! Y con esta base se puede diseñar una investigación estupenda para la ESO.

Un último detalle. ¿Por qué se produce el enfriamiento más rápidamente en el agua con sal que en el congelador, cuando este último casi seguro que está a menor temperatura? Esto no lo he visto justificado en ningún sitio, y mira que hay artículos sobre este asunto. 

La razón estriba en que en un caso el medio que está en contacto con la lata es un líquido, disolución de agua salada, mientras que en el otro es aire (excepto en la superficie de apoyo dentro del congelador). Como el agua tiene una conductividad térmica que es 25 veces mayor que la del aire, la energía se transfiere mucho más deprisa y las latas o los botellines se enfrían antes. 👍👍👍