lunes, 14 de noviembre de 2022

Una historia familiar: los grados y el cerocerismo

Una de mis manías más recurrentes es ponerme de los nervios cada vez que oigo el dichoso ºC o "grado centígrado".


Que no es por ponerme pesadico, pero se lee grado Celsius, porque tan centígrada es la escala Celsius como la Kelvin. Hace un par de días casi lloro de la emoción cuando en la información del tiempo la presentadora dijo "grado Celsius". Le dediqué una ovación de gala, y mi mujer, que se sabe la jugada, acabó muerta de risa en el sofá.

El caso es que esto del cerito arriba da mucho juego. Obsérvese el cartel del piso de un edificio residencial recién inaugurado, correspondiente al quinto piso.

Y si vas bajando al cuarto, al tercero, al segundo o al primero, tal cual va cambiando el numerito al 4, 3, 2 y 1. Las dos primeras veces que subí al quinto, ni me fijé, pero la tercera vez, esperando al ascensor en la planta del portal, ví ... ¡¡¡madre mía lo que ví!!! Palabrita del Niño Jesús que no me lo invento, porque es la casa de mi hijo.

Y la duda que me surge, y que he planteado  a los colegas sin ninguna respuesta coherente por el momento mas que carcajadas, es ¿habrá que llamarlo cerero, cerundo, cerinto, cerexto o cero qué? ¡Ya les vale mezclar numerales con ordinales, porque el orden cero no existe así que eso de 0º va a ser que no!

Esta es otra muestra más de falta de precisión conceptual, así que vamos a intentar evitar problemas innecesarios a quienes están en fase de formación y aprendizaje: grado Celsius. ¡Ah! Y Kelvin, sin grado.