Después de resucitar, igual se volvía a morir, pero de risa, porque se las trae esta historia del niño predicador con el mono y la mona.
Nezareth Casti Rey tenía 8 años cuando se hizo la grabación, a finales de los 90. Hay que reconocer que su capacidad teatral es magnífica, pero en cuanto a lo que dice ... mejor no hacer comentarios y que cada uno saque sus propias conclusiones.