Este es un país de gente ocurrente. Y más nos vale que lo siga siendo, porque es uno de nuestros mejores recursos.
Para muestra, un botón. La multiplicación de los panes y los peces desde una nueva perspectiva. ¡Ay si Jesucristo levantara la cabeza!
Y no deja de tener sus motivos la viñeta, y en dos sentidos: tanto por el estado en que llegan muchos de los alimentos que consumimos como por los planteamientos a veces excesivamente puristas de los propios consumidores.
Un punto y aparte para el gluten y la celiaquía: en la mitad de España ni saben lo que es. Y el problema al ir de viaje con una persona celiaca es tremendo. ¡Y lo digo por experiencia!