El coronavirus (el nombre da miedo, y me parece que hubiera sido mejor llamarlo simplemente COVID-19) está llevando a desinfectar las superficies para evitar contagios. ¡Pero hay que tener mucho cuidado con los productos de limpieza!
"Los productos químicos de limpieza pueden ser peligrosos, muy peligrosos. Sobre todo si se produce una combinación indeseada. En octubre de 2019, un gerente de un restaurante de comida rápida en Massachussetts (Estados Unidos) moría a causa de esto.
Ryan Baldera, de 32 años y trabajador de la cadena de restaurantes Buffalo Wild Wings, falleció después de que se formara una nube de gas en el restaurante. Al mismo tiempo, otras diez personas, incluidos algunos clientes, tuvieron que ser hospitalizadas por dificultades respiratorias y sensación de ardor en los ojos.
Los productos químicos involucrados en el accidente fueron dos limpiadores comunes en la industria de los servicios alimentarios: Scale Kleen y Super 8. Por sí solos, estos limpiadores están aprobados por el gobierno y su uso es seguro. El problema vino cuando se combinaron, ya que se creó un charco verde, burbujeante y humeante en el suelo de la cocina que resultó tener efectos mortales.
Los dos productos involucrados en el accidente de Buffalo Wild Wings no debían combinarse. Super 8 es una lejía con una alta concentración de hipoclorito de sodio, mientras que Scale Kleen es un ácido con un porcentaje de entre el 22 al 28 por ciento de ácido fosfórico y entre un 18 a un 23 por ciento de ácido nítrico. Y si los químicos tienen claro algo es que los ácidos y las bases no se llevan bien".
Si quieres leer el artículo, que en parte acabo de reproducir, entra aquí.
Por cierto, he destacado en rojo una afirmación que demuestra que el que el autor del artículo no sabe mucho de química. O no se ha expresado bien.
Por ejemplo, para eliminar la acidez de estómago se toma una sustancia básica. La reacción se llama de neutralización. Y el hecho de que se neutralicen sus efectos (¿eso es llevarse mal?) es francamente útil.
El problema es que al reaccionar un ácido fuerte, sobre todo el ácido clorhídrico del salfumán, con la lejía (el hipoclorito de sodio es su principio activo), se produce una reacción de oxidación-reducción en la que se forma cloro gaseoso, que es muy tóxico (y lo sé por experiencia, porque en mis tiempos de estudiante estuve en medio de un escape de cloro, aunque no hubo efectos porque salimos por piernas).