Claro, la energía obtenida quemando combustibles está demonizada porque agota reservas naturales y produce CO2 que incrementa el efecto invernadero. Dos razones contundentes.
Las energías renovables limpias son la alternativa: eólica, en la que España es una potencia mundial, y solar, en la que debiera serlo teniendo en cuenta la cantidad de sol de la que disfrutamos.
En los últimos meses han desaparecido los impedimentos que se pusieron en marcha hace unos años y ahora asistimos a un boom de la energía fotovoltaica con la instalación de campos de placas solares y miles de hectáreas con proyectos de instalación.
Todo perfecto, porque se ocupan zonas de campos no aptos para la agricultura y no se produce el impacto sobre las aves que presentan los aerogeneradores.
Pero todo tiene un pero, y en este caso dos en mi opinión: todavía son instalaciones muy caras, y no hay más que ver este vídeo para darse cuenta del segundo.