domingo, 31 de enero de 2021

¡Pero qué grande es King Kong!

Hay unas cuantas versiones cinematográficas de la leyenda del gran gorila, King Kong, el rey Kong. La primera es de 1933, y como es lógico tiene unos efectos "especiales" bastante cutres para lo que se puede ver hoy en día. Eso sí, es una película de culto, emocionante y muy bien hecha para aquellos primeros tiempos del cine hablado.

Las más espectaculares son la de 2005, dirigida por Peter Jackson, el de el Señor de los Anillos, que también interviene como actor, y la de 2017, La isla Calavera. En todas ellas el argumento es archiconocido y más o menos parecido. Aquí va el trailer de las dos para poder centrarnos en lo que nos interesa.

Lo que queda bien claro es que el gran gorila es realmente muy grande. Pero ¿solo muy grande o más bien una enormidad? El caso es que si nos fijamos en los dos últimos trailers, la diferencia es notable: en el primero el tamaño viene a ser de unos 7 u 8 metros, mientras que en el segundo llega hasta los 30  metros por lo menos, siendo que un gorila grande de los pocos que quedan en África no llega a los 2 metros.

Pues bien, el rey Kong de las películas es físicamente IMPOSIBLE (y también cualquier otro ser  de tamaño amplificado de los que aparecen en muchas películas de ciencia-ficción o de terror). La razón se basa en la llamada ley cuadrado-cúbica, ya que el volumen de un objeto aumenta mucho más deprisa que su superficie al aumentar el tamaño del objeto.

Solo tienes que fijarte en que un cubo de lado a tiene un área superficial de 6a2 y un volumen de a3, mientas que si el lado es 2a, la superficie es 24 a2 (cuatro veces mayor) mientras que el volumen es 8a3 (ocho veces mayor). Es decir, el volumen ha aumentado el doble que la superficie.

El problema es que como la masa de un ser vivo aumenta con su volumen y la fuerza muscular con la superficie de los músculos (la sección de los bíceps de los brazos o de los cuadríceps de las piernas), al hacerse el animal más grande aumenta proporcionalmente más su masa que su fuerza muscular. En conclusión, si el animal mantiene su forma, no podrá moverse a poco que aumente su tamaño, o bien tendrá que aumentar mucho la superficie de sus músculos, con unos brazos y piernas pero que muy muy anchos. Vamos, lo que le pasa al increíble Hulk. ¡Pero así no mantiene la forma que tenía con un tamaño menor!

Esto no es raro en la naturaleza: los animales terrestres grandes y pesados como elefantes, rinocerontes, etc, tienen patas muy anchas y musculadas para poder moverse.

Así que el pobre King Kong no tiene ningún futuro en la vida real porque simplemente no podría mover su propio peso. Eso sí, en las películas, hace de todo, ágil y rápido, que para eso son películas. ¡Pero si en la de Peter Jackson tiene hasta rasgos humanos cuando se ríe!


En resumen, como dicen en uno de los vídeos, resulta que en este caso el tamaño que importa.